Ana escribió: Mi pregunta es sobre la disfunción propioceptiva.  ¿Puede un niño con
la disfunción del procesamiento sensorial se beneficia de los masajes de presión profunda como
¿Reflexiología? ¿Qué pasa con la aromaterapia?

Antes de responder, déjame darte un poco de educación sobre la propiocepción y la disfunción propioceptiva.

¿Qué es la propiocepción? La propiocepción se refiere a la conciencia interna y automática de dónde están nuestros cuerpos en el espacio y cómo nos movemos.  Los receptores en nuestros músculos, tendones y articulaciones envían esta información al cerebro donde se integra y forma la base para la conciencia corporal, el esquema y el movimiento organizado.

Cómo se ve la disfunción propioceptiva: si un niño no responde a la información propioceptiva, es posible que:

  • Sea un buscador sensorial: en movimiento, chocando contra cosas, rebotando, chocando, saltando, tomador de riesgos, buscador de emociones
  • Tener un esquema corporal deficiente: invadir el espacio de los demás, chocar con otros accidentalmente, demostrar una mala graduación del movimiento, usar demasiada fuerza, romper los juguetes sin darse cuenta
  • Demostrar mala planificación motora (dispraxia):  tiene dificultad  aprender habilidades motoras, las habilidades motoras pueden estar mal coordinadas, tener dificultad para dibujar, escribir, vestirse, saltar, brincar, saltar la cuerda, andar en bicicleta, etc.

¿A qué te dedicas? En la terapia, generalmente comenzamos con actividades que brindan información de presión táctil profunda y propioceptiva intensiva en un esfuerzo por alcanzar un umbral dentro del cerebro del niño donde se percibe la información.  Las respuestas motoras adaptativas que produce un niño establecen un ciclo de retroalimentación para que se produzca el aprendizaje.  Ayudamos a los padres a configurar dietas sensoriales en casa para satisfacer las necesidades propioceptivas de sus hijos.

Entonces, ¿qué pasa con la reflexología y la aromaterapia?
Si bien algunos padres pueden estar interesados en buscar terapias alternativas para sus hijos, es poco probable que estos dos aborden las necesidades propioceptivas, porque la activación de los propioceptores requiere movimiento y soporte de peso.  Apoyamos a los padres en la exploración de terapias alternativas, si están interesados, ya que estas terapias pueden tener un lugar para apoyar a un niño cuyo curso de desarrollo se ve afectado por una disfunción de integración sensorial.  Durante nuestro programa de verano Staying Cool , para niños con ansiedad, hemos elaborado almohadas reconfortantes, perfumadas con aceites esenciales seleccionados por los niños.  Un niño con el que trabajamos era muy sensible a los olores, y los olores ofensivos le daban náuseas.  Nuestra solución a corto plazo fue un pañuelo perfumado que llevaba alrededor del cuello y podía oler para superar cualquier olor ofensivo.