Suponga que está en mi clase y estoy compartiendo información vital con usted. Ahora suponga también que he dejado caer una araña por la parte de atrás de su camisa, donde permanecerá durante la próxima hora. Te aseguro que no es venenoso y que debes ignorarlo. ¿De verdad vas a ser capaz de hacer eso? ¿Serás capaz de darme toda tu atención y quedarte quieto? ¿Qué pasaría si te prometiera $100 al final de la hora, si te quedaras quieto y pudieras pasar una prueba con la información? ¿Qué pasaría si te advirtiera que no quedarte quieto y aprender tendría una consecuencia negativa? ¿Podrías hacerlo entonces?

Sin embargo, esto es lo que los padres y los maestros, sin saberlo, están haciendo todos los días con los niños que tienen una actitud defensiva sensorial. Esperamos que aprendan, se comporten y se lleven bien con los demás. Y probamos refuerzos negativos y positivos, que no son efectivos o solo tienen una efectividad limitada. Y eso se debe a que las intervenciones conductuales no abordan el problema del niño.

¿Entonces que puedes hacer?

En primer lugar, es reconocer que se trata de un trastorno real. Comprenda que su hijo está experimentando el mundo de manera diferente. Su sistema nervioso a menudo se encuentra en un estado de supervivencia (lucha, huida, miedo o congelación). Los ‘comportamientos’ resultantes no pueden abordarse con éxito a través de intervenciones conductuales, porque estos comportamientos ocurren como resultado de que su hijo intenta sobrevivir y sobrellevar la situación lo mejor que puede.

En segundo lugar, obtenga ayuda de un terapeuta ocupacional que se especialice en el procesamiento sensorial. Existen programas de intervención específicos que se pueden configurar y llevar a cabo en casa, incluido un programa de masaje de presión profunda con un cepillo suave y un programa de escucha. Si se realizan de forma incorrecta, estas intervenciones pueden empeorar las cosas, por lo que la orientación profesional es fundamental.

Tercero, acomodar inicialmente sus preferencias. Compre los calcetines sin costuras, la ropa de algodón suave, etc. Evite los inodoros con descarga automática. Deje que su hijo use audífonos que ocluyen el sonido en eventos ruidosos. En lugar de una gran fiesta de cumpleaños, tal vez una salida con uno o dos amigos. A medida que la terapia disminuya la actitud defensiva de su hijo, comenzará a expandir su comodidad con diversas experiencias.

Cuarto, incorpore actividades de presión profunda y trabajo pesado en la rutina diaria de su hijo, ya que tienden a disminuir la actitud defensiva.
Rebotando en una pelota saltarina o en un mini trampolín.
Empujar una caja con peso, un cesto de ropa sucia o un paquete grande de toallas de papel/papel higiénico.
Cree una gran pila de almohadas, cojines, etc. y esconda los objetos debajo para que su hijo pueda hacer un túnel y encontrarlos.
Considere un body sox (Abilitations) para que el niño lo use mientras trepa o rueda sobre almohadas/cojines.
Pruebe con una mochila pequeña cuando salga de casa con el 5-10% del peso del niño adentro. Llénelo con elementos que tranquilicen a su hijo (libros, juguete favorito, juguete para soplar, pelota para apretar, etc.)