A menudo, sacar a los niños de su hogar y de sus rutinas familiares puede ser un desafío. Cuando planifique sus vacaciones de verano, piense en las necesidades sensoriales de su hijo y cómo responde a diferentes entornos. Las necesidades de cada niño son diferentes y, a menudo, les decimos a los padres que deben ser detectives para descubrir qué funciona mejor para su hijo.

El buscador sensorial: Lo más probable es que a este niño le encanten las vacaciones, especialmente si hay muchas oportunidades para la actividad física. Vemos a muchos niños que prosperan en la playa. Caminar/correr por la playa, cavar en la arena, jugar en el agua, ser arrollado por las olas, etc. a menudo proporciona una dieta sensorial intensa que es difícil de igualar en casa. A estos mismos niños también les encantan los parques de diversiones, especialmente si buscan información vestibular: las diversas atracciones, incluidas las montañas rusas, nuevamente brindan oportunidades de información sensorial intensiva.

El desafío es proporcionar actividades de transición al final del día para ayudar a su hijo a hacer una transición suave de un entorno estimulante al hotel, la cabaña o la casa de la abuela. Pase a actividades que sean algo menos estimulantes al final del día; construir un castillo de arena, viajar en tren u otro paseo menos estimulante. Haga que su hijo use una mochila con 5 a 10 % de su peso corporal en la caminata de regreso al automóvil. Proporcione un refrigerio en el automóvil que incluya algo crujiente o masticable y una bebida con una pajita. Si su hijo está haciendo un programa de escucha terapéutica, este puede ser un buen momento para usarlo. Pídale a su terapeuta una sugerencia sobre un buen CD para esta transición. Proporcione un fidget (p. ej., pelota para apretar, masilla terapéutica, etc.) para el paseo.

Las situaciones más desafiantes para el buscador sensorial son cuando necesita estar quieto: viajes en avión, viajes largos en automóvil, etc. Asegúrese de “precargar” el sistema nervioso de su hijo involucrándolo en actividad física antes de pedirle que se quede quieto. Si viaja en automóvil, deténgase cada 1 o 2 horas en un parque al borde de la carretera para tomar un descanso. Tenga una pelota, frisbee, theraband, etc. listos para facilitar el juego activo. Cuando necesiten sentarse, proporcione actividades para sus manos (piense en trabajo pesado: plastilina/arcilla, cuentas para hacer estallar, perforadora) y algo para la boca (goma de mascar, estallidos de estrellas, cuero de frutas, bagels, cecina, botella de agua con pajita) .

Y aunque a los niños que son buscadores sensoriales les suele gustar mucha actividad, todos los niños pueden sobrecargarse. No llene todos los días con actividades, especialmente si va a ver a muchos familiares o va a pasar la semana en Walt Disney (o similar). Incorpore algunos momentos que sean menos estimulantes, permitiendo que su hijo tenga tiempo para reagruparse.