1. Prepara el cuerpo.

Sentarse a la mesa durante un período prolongado de tiempo puede ser difícil o incluso insoportable para los niños con problemas de procesamiento sensorial. Podemos ayudar a los niños a prepararse para sentarse introduciendo actividades de movimiento inmediatamente antes de la hora de comer. Use actividades de juego de “trabajo pesado” como rodar o lanzar una pelota pesada, rebotar en una pelota hippity hop, saltar en el trampolín o chocar contra almohadas o cojines de sofá. Pídale al niño que ayude a lavar la mesa con grandes movimientos de restregado, o pídale que ayude a mover todas las sillas para barrer debajo y luego llevarlas de regreso.
90-90-90

  1. Sigue la regla 90-90-90.

Los niños deben sentarse a la mesa en una posición que proporcione una estabilidad postural óptima. La regla 90-90-90 significa que las caderas, las rodillas y los tobillos del niño están todos en ángulos de 900.

Si los pies de su hijo no llegan al suelo cuando está sentado en la mesa, puede colocar un taburete debajo de sus pies para apoyarse, o intente apilar varias guías telefónicas y envuélvalas en cinta adhesiva para una plataforma estable. La silla Tripp Trapp también es una gran opción, y puede usarse durante años y ajustarse a medida que el niño crece: https://www.stokke.com/USA/en-us/highchairs/tripp-trapp/1444.html .

  1. Coma con su hijo.

Los niños aprenden a comer a través del refuerzo social. Es vital para ellos ver un modelo de alguien comiendo e interactuando con la comida.

  1. Presentar alimentos sin la expectativa de comer.

Los niños a menudo necesitan muchas, muchas exposiciones a un alimento (mirar, tocar, oler, describir y, en última instancia, probar) antes de agregarlo a su repertorio. Servir la comida al “estilo familiar” (con todos tomando un poco y poniéndolo en sus platos) también puede ayudar a los niños a familiarizarse más y sentirse cómodos con la comida. Si su hijo no está seguro o se resiste, puede decirle: “Oh, ese es un alimento sobre el que estás aprendiendo. Puedes ponerlo aquí. Luego, ayude a su hijo a “aprender” sobre la comida describiendo su color, forma, textura, sonido (p. ej., “Oh, escucha, esa galleta está crujiendo cuando la como. Es un alimento crocante”) y, finalmente, el sabor (p. ej. , “Estoy tocando la manzana con la lengua. ¡Sabe dulce! El pretzel no era dulce, ¿verdad? Era salado”).

  1. Anime a su hijo a jugar con su comida.

Otra forma de ayudar a su hijo a aprender sobre un alimento nuevo o no preferido es a través del juego. Haga que la comida tenga diferentes formas (p. ej., “Puedo convertir mi queso en un tallo. Usted puede hacer algunos pétalos para la flor”). Cualquier interacción con la comida en el cuerpo es positiva (p. ej., “Puedo equilibrar mi cereal en mi mano. Tú también puedes hacer eso. Veamos si puedo sostenerlo en mi nariz. ¿Se quedará en mi mejilla? ¿Se quedará en tu mejilla?”).

La hora de comer debe ser una experiencia positiva para usted y su hijo. Si su hijo tiene un repertorio de alimentos muy limitado, o si la hora de comer es una lucha constante, los terapeutas de Emerge pueden ayudarlo. Llame a nuestra oficina al (919) 928-0204 para obtener más información.

Por Kelly Jones, MA, CCC-SLP
Director Clínico de Terapia del Habla/Lenguaje